martes, 29 de marzo de 2016

La mecánica del corazón (Frases 2/3)

- ¿Acaso puedo remontar el curso del tiempo cambiando el sentido del movimiento de mis agujas?
+ No, forzarás los engranajes y te dolerá horrores. Pero no tendrá ningún efecto. No podemos volver jamás sobre nuestros actos pasados, ni siquiera con un reloj en el corazón.

Cuando tengo mucho miedo, noto que la mecánica de mi corazón patina hasta tal punto que parezco una locomotora de vapor en el momento en que sus ruedas chirrían en una curva. Viajo sobre los raíles de mi propio miedo. ¿De qué tengo miedo? De ti, en fin, de mi sin ti.

Cuanto más tiempo paso en este tren más me asusta su potencia: es una máquina con una gran fuerza, con un corazón tan desatado como el mío. Debe de estar terriblemente enamorado de la locomotora que lo hace avanzar. A menos que, como yo, sufra la melancolía de lo que va dejando atrás.

- Si tienes miedo de hacerte daño, aumentarás las probabilidades de que eso mismo suceda. Si te pasas la vida procurando no romperte nada, te aburrirás terriblemente...

El único truco, como dices, que te permitirá seducir a la mujer de tus sueños, es justamente tu corazón.

Creeríase que mi reloj es un imán de corazones rotos.

Yo, que vivo con un reloj en el corazón, ya no miro la hora. La lluvia nos ha sorprendido tantas veces que me pregunto si no habremos encogido. Pero nada puede detenernos. Y nos sentimos más vivos que nunca.

Un viento cálido penetra en mi interior y transforma las agujas de mi reloj en aspas del molino. Un molino que muele los granos del sueño para convertirlos en realidad.

Jamás muestres tus dudas ni tu miedo. En tu mano tienes una carta maestra, tu corazón. Crees que es una debilidad, pero si tomas la opción de asumir esa fragilidad, este reloj-corazón te convertirá en alguien especial.

Es más fácil arreglar un reloj cuando no hay nada vivo dentro.

Me siento como un polluelo con vértigo en su primer día de vuelo. El nido mullido de la imaginación se esconde, voy a tener que lanzarme al vació.

¿Cuántos millones de segundos habrán huido desde el aniversario de mis diez años? ¿Cuántos millones de veces habré soñado con este momento?

Tengo que hacer cola como todo el mundo, aunque no pida un autógrafo, sino la luna. Ella y yo acurrucados en su media luna.

Es cierto, soy una especie de discapacitado del gran amor, y se supone que mi corazón postizo no es capaz de aguantar el terremoto emocional que siento cuando la veo, pero, qué le voy a hacer, late por usted.

A medianoche detrás del tren fantasma, póngase las gafas para no tropezarse con la luna y espéreme.

No puedo evitar fijarme en el movimiento untuoso de sus labios. Percibo que ella lo advierte. Los silencios entre las palabras se espacian, los ruidos producidos por mi reloj empiezan a atraer sus oídos.

-Poco importa si haces reír o llorar mientras produzcas una emoción, ¿no?

Nuestras bocas se aproximan. El tiempo se ralentiza, en los relevos más melodiosos del mundo. Se mezclan, delicada e intensamente. Su lengua me transmite sabores y miles de impresiones, pero la mejor es que su lengua sabe a fresa.

Ya no puedo estar sin su presencia; el olor de su piel, el sonido de su voz, sus pequeñas maneras de representar a la muchacha más fuerte y la más frágil del mundo. Ver sin ver de verdad y, sobre todo, sin hacerse notar.

-No quiero meterla en una jaula, solo querría darle un poco más de confianza en sí misma. Y en cuanto ella se encierra, me quedo completamente vacío.

No me molesta tener que aguantar los rumores si con eso puedo besarla durante más tiempo.

El azúcar de las pequeñas notas que ella me esconde en los bolsillos es sabroso, y con gusto las deslizaría por debajo de mi lengua. La aguja de sus tacones, que marca el tempo de su alejamiento, reaviva mis insomnios.

Bloquearé mis agujas para detener el tiempo. Pondré el mundo en marcha de nuevo solo si ella me lo pide.

-No quiero que te guste <<eso de mí>>, quiero que me quieras <<a mí entero>>.

Me convierto en el astrónomo de su piel, hundo mi nariz en sus estrellas. La acaricio con todas mis fuerzas y ella hace flor para mí con todas sus caricias. Sus manos, emanan una dulce electricidad.
Te voy a dar la llave de mi corazón. No podrás quitarlo, pero podrás hacer lo que quieras, exactamente cuando te apetezca. De todos modos ya eres la llave que me abre por dentro.

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