lunes, 15 de febrero de 2016

El temor de un hombre sabio (Frases)

-Es enternecedor que pienses que merezco algo mejor, pero no lo merezco. Solo tengo buena voz, nada más. ¿Tú contratarías a un músico medianamente entrenado que ni siquiera tuviera instrumento propio?
+Yo y cualquiera con oídos para oírte. Cualquiera con ojos para verte.

-La poesía es una canción sin música. Y una canción sin música es como un cuerpo sin alma.

-Las cosas se ven más fácilmente desde los bordes. El peligro despierta la mente dormida. Hace que veamos claras algunas cosas. Para ser nominador hay que ver las cosas.
A veces, caer también nos enseña cosas. En los sueños, muchas veces caes antes de despertar.

-Recuerda que todo hombre sabio teme tres cosas: la tormenta en el mar, la noche sin luna y la ira de un hombre amable.

-Cualquiera que esté medianamente despierto puede ver una trampa que le han preparado. Pero entrar en ella con audacia, con un plan para darle la vuelta, eso es maravilloso. Tender una trampa y saber que alguien llegará, cauteloso, con su propio truco preparado, y entonces vencerlo. Eso es doblemente maravilloso.

-El tak refleja el sutil movimiento del mundo. Es un espejo donde se refleja la vida. Nadie gana un baile, muchacho. El sentido del baile es el movimiento que hace el cuerpo. Una partida de tak bien jugada refleja el movimiento de una mente. Estas cosas tienen su propia belleza, pero solo pueden verla quienes tienen ojos para ella. ¿Qué interés podría tener yo en ganar una partida que no fuera hermosa?

-Las canciones eligen su momento y su estación. Si tu instrumento suena a lata, suele haber una razón. El tono de una tonada es la voz de tu corazón, y de un pozo enlodazado no sacarás agua clara. Si no dejas que el cieno se asiente, sonarás áspero como rota campana.

-El creciente de luna plateado que brillaba en el cielo era más fino que un suspiro, y tan pálido que no alcanzaba a atenuar la luz de las estrellas.

-Teníamos los ojos muy abiertos para ver en la oscuridad, y donde la luz de las estrellas se filtraba entre las hojas, veíamos cientos de capullos de selas abriéndose como bostezos. De no ser porque el perfume de las selas es muy delicado, no habríamos podido respirar.

-Hay un montón de hombres que no se proponen otra cosa que tumbarme. Y solo hay uno que intenta todo lo contrario. Asegurarse de que tengo los pies firmes en el suelo, para que no me caiga.

-Intenté decir algo, pero sus labios me tenían embelesado. ¿Cómo podía tenerlos tan rojos? Hasta las flores de selas parecían oscuras a la pálida luz de la luna. ¿Cómo podía ella tener los labios tan rojos?

-Así, cuando encuentre las respuestas, las valorará más. Cuanto más difícil es la pregunta, más difícil la búsqueda. Cuanto más difícil es la búsqueda, más aprendemos.

-"así", me susurró al oído, "cada vez que tu shaed te envuelva, pensarás en mí. cuando el shaed te toque, pensarás que soy yo quien te toca. a través de cualquier otra mujer te acordarás de Felurian, y regresarás."

-Esa es la naturaleza del amor. Intentar describirlo volvería loca a cualquier mujer. Por eso los poetas se pasan la vida escribiendo. Si uno de ellos pudiera describirlo definitivamente en el papel, los otros tendrían que abandonar sus plumas. Pero es imposible.
Pero solo un necio puede afirmar que no existe el amor. Cuando ves a dos jóvenes mirándose fijamente con los ojos lagrimosos, allí está. Tan denso que podrías untarlo en el pan y comértelo. Cuando ves a una madre con su hijo en brazos, ves el amor. Cuando lo notas agitarse en tu vientre, sabes qué es. Aunque no puedas expresarlo con palabras.

-La dulce sonrisa de una mujer joven: no hay nada mejor en el mundo. Es más valiosa que la sal. Sin ella, algo enferma y muere dentro de nosotros. Estoy seguro. Una cosa tan simple. Qué raro. Qué maravilloso y qué raro.

-Eso significa que no puedo confiar en ninguna palabra que digas, porque proviene del miedo. Eres inteligente,y encantador, y un mentiroso. Sé que puedes doblegar al mundo con tus palabras. Y por eso no te escucharé.

-No hay hombre valiente que nunca haya caminado cien kilómetros. Si quieres saber quién eres, camina hasta que no haya nadie que sepa tu nombre. Viajar nos pone en nuestro sitio, nos enseña más que ningún maestro, es amargo como una medicina, cruel como un espejo. Un largo tramo de camino te enseñará más sobre ti mismo que cien años de silenciosa introspección.

-Todos tenemos una pregunta que reposa en el centro mismo de quienes somos.
Creo que todos tenemos una pregunta que nos dirige. Una pregunta que nos mantiene despiertos por la noche. Una pregunta a la que damos vueltas como un perro que juguetea con un hueso. Si entiendes la pregunta de un hombre, estás más cerca de entender al hombre en sí.

-Me incliné lo suficiente para besarla. Olía a flor de selas, a hierba verde, al polvo del camino. Noté que se esforzaba por respirar. Escuché. Cerré los ojos. Oí el susurro de un nombre.
Lo pronuncié en voz muy baja, pero lo bastante cerca para rozarle los labios; muy quedamente, pero lo bastante cerca para que su sonido se entrelazara con su pelo. Lo pronuncié, fuerte y firme, oscuro y dulce.
+Ahora quiero ver cómo respiras para mí. Eso son siete palabras.

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